La Urgencia de la Limpieza Fluvial en el Corazón de Nuestras Ciudades
Los ríos, a menudo descritos como las arterias vitales del planeta, serpentean a través de nuestros paisajes, pero en el corazón de nuestras áreas urbanas y periurbanas, con demasiada frecuencia, su flujo vital se ha convertido en un lento murmullo ahogado por la contaminación1. La imagen de una quebrada urbana cargada de residuos sólidos se ha normalizado, pero es un reflejo de una problemática profunda con consecuencias que se extienden mucho más allá de la estética. Abordar el saneamiento de nuestros ríos no es simplemente una tarea de limpieza; es una inversión estratégica en nuestra salud pública, nuestra economía y la resiliencia de nuestros ecosistemas1.
La Conexión Invisible: De la Quebrada Urbana al Mar Caribe
Es un error común pensar que la basura de la ciudad se queda en la ciudad. La realidad es que nuestros ríos urbanos actúan como cintas transportadoras de contaminación. En la región central de Venezuela, la conexión es directa y alarmante: los ríos y quebradas que nacen en el Parque Nacional El Ávila (Waraira Repano) y atraviesan Caracas, Guarenas y Guatire, como el Guaire y sus afluentes, desembocan en la cuenca del Río Tuy1. El Tuy, a su vez, descarga su caudal, cargado con la polución de múltiples centros urbanos, directamente en el Mar Caribe1.
Esta interconexión crea un conducto de alto volumen que transporta la contaminación urbana severa directamente al ambiente marino costero1. Las consecuencias son devastadoras para la vida marina. Proyectos como «Ecodefensores de la Costa», que luchan por la conservación de tortugas marinas en peligro de extinción en las costas de La Guaira, Aragua y Carabobo, ven sus esfuerzos directamente socavados por esta corriente de desechos2. La contaminación por plásticos, transportada por los ríos, es letal para las tortugas, que confunden estos desechos con alimento, provocando inanición y muerte2. Así, la basura que se arroja en un afluente en Caracas o la Guaira se convierte en una amenaza mortal para una tortuga carey anidando en las playas de la costa, demostrando que la protección costera efectiva debe comenzar con un saneamiento robusto en las cuencas fluviales urbanas1.
Una Crisis de Salud Pública y Potencial Perdido
La degradación de nuestros ríos no solo exporta un problema, sino que crea una crisis silenciosa dentro de nuestras propias comunidades. La contaminación fluvial es una amenaza directa y multidimensional para la salud pública3. El consumo de agua contaminada con microorganismos patógenos, provenientes de desechos fecales, es causa de enfermedades gastrointestinales como el cólera, la hepatitis y la diarrea, patologías que consumen una parte importante del presupuesto de salud del país3.
Más allá de las infecciones, la exposición a residuos sólidos y químicos tiene impactos crónicos. Los lixiviados de vertederos y la basura pueden filtrar metales pesados como plomo, mercurio y arsénico en el agua, causando desde daños neurológicos severos hasta diversos tipos de cáncer3. Los microplásticos, omnipresentes en nuestros cauces, pueden dañar tejidos y transportar toxinas a la cadena alimenticia, con efectos aún en investigación pero de enorme potencial dañino para el organismo humano3.
Al mismo tiempo, la contaminación afecta negativamente el potencial ecoturístico de la región6. Ríos y pozas limpios son la base para actividades de senderismo, recreación y turismo de naturaleza, que podrían generar «empleos verdes» y dinamizar las economías locales. Al permitir su degradación, no solo perdemos salud, sino también valiosas oportunidades de desarrollo sostenible5.
El Valor Real del Agua: Una Inversión Estratégica, no un Gasto
En Venezuela, a pesar de la abundancia natural de agua, enfrentamos una «escasez gestionada» o «económica»3. Este fenómeno se debe, en gran parte, a una subvaloración histórica del recurso, que ha llevado a una falta crónica de inversión, un uso ineficiente y una contaminación generalizada3.
Cambiar esta perspectiva es crucial. La limpieza y restauración fluvial no deben verse como un gasto, sino como una inversión estratégica que genera retornos tangibles en bienestar social y económico1. La Valoración Económica del Agua nos proporciona las herramientas para entender esto. El Valor Económico Total (VET) de un río limpio incluye no solo sus usos directos (agua para consumo), sino también sus importantísimos Valores de Uso Indirecto (VUI), como la purificación natural del agua, el control de inundaciones, la protección de la biodiversidad y las oportunidades recreativas3.
Invertir en la limpieza de ríos es invertir en «infraestructura natural» de bajo costo3. Esta inversión evita costos futuros mucho mayores: los costos en salud pública por enfermedades, los costos de remediación de ecosistemas degradados y los costos de oportunidad por la pérdida de actividades económicas como el turismo5. Al adoptar un enfoque de «costo sostenible», donde se internalizan los costos ambientales de la contaminación, podemos generar los fondos necesarios para financiar la conservación y crear un ciclo de desarrollo regenerativo6.
El Camino a Seguir: De la Acción Comunitaria a las «Biodiverciudades»
La transformación de nuestros ríos requiere un esfuerzo concertado desde la base hasta las políticas públicas. La participación comunitaria activa es el pilar de cualquier cambio duradero5. Las jornadas de limpieza voluntaria, los programas de educación ambiental en las escuelas y la vigilancia ciudadana son acciones poderosas que generan conciencia y resultados inmediatos.
Sin embargo, para que estos esfuerzos no sean en vano, deben estar respaldados por un marco institucional sólido. La propuesta de una Ordenanza Municipal para la Resiliencia Climática y la Gestión Ambiental Sostenible en Baruta ofrece un modelo a seguir5. Este tipo de marco legal permite transformar a los municipios en «Biodiverciudades»6, donde la gestión ambiental, la protección de la biodiversidad y la resiliencia climática se convierten en ejes centrales de la planificación urbana. Una ordenanza de este tipo, alineada con el marco legal venezolano5, fortalece la participación ciudadana y crea las estructuras necesarias para que la limpieza de ríos y la gestión de residuos sean políticas sostenidas y financiadas, y no solo esfuerzos esporádicos.
Nuestros ríos son el reflejo de nuestra sociedad. Un río contaminado habla de negligencia y de oportunidades perdidas. Un río limpio, en cambio, refleja una comunidad saludable, consciente y próspera. La tarea es monumental, pero la colaboración entre ciudadanos organizados, empresas responsables y gobiernos locales visionarios tiene el poder de devolverle la vida a nuestras arterias fluviales, asegurando un futuro más resiliente y saludable para todos.
Referencias
1 Imeru Alfonzo (2024) Limpieza Ríos Tropicales: Manual Ambiental. Inédito.
2 Imeru Alfonzo (2024) Propuesta de Trabajo para la Conservación de Tortugas Marinas Integrada con Ecoturismo en la Costa Central de Venezuela. 27p. Inédito. https://imerualfonzo.com/preservacion-de-las-tortugas-marinas-de-venezuela/ (resumen)
3 Imeru Alfonzo (2024) Manual Integral de Valoración Económica del Agua y sus Servicios Socio-Ambientales: Teoría, Métodos y Aplicación en Venezuela. 57p. Inédito.
4 Imeru Alfonzo (2025) Manual Práctico para la Valoración Económica de Árboles Urbanos en el Municipio Baruta, Caracas, Venezuela. 32p. Inédito.
5 Imeru Alfonzo (2025) Propuesta de Ordenanza Municipal para la Resiliencia Climática y la Gestión Ambiental Sostenible del Municipio Baruta: Un Marco Legal Innovador Basado en Experiencias Globales. Presentado por el Concejal José Gregorio González ante el Concejo Municipal de Baruta. 27p.
6 Imeru Alfonzo, Ami Aguilar y Andreina Franco (2025) Proyecto Integrador de Ecoturismo: Un Modelo de Desarrollo Regenerativo para Venezuela. 34p. Inédito.
Imerú Alfonzo Hernández.
