En la legislación venezolana, sí se contempla la actuación de una persona común ante una emergencia donde alguien necesite primeros auxilios, y de hecho, existen disposiciones que configuran una obligación de actuar, dentro de ciertos parámetros. No actuar podría tener consecuencias legales.
Aquí se detallan los aspectos más relevantes:
1. El Deber de Socorro y el Delito de Omisión de Socorro:
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La legislación penal venezolana, específicamente el Art. 438 del Código Penal, contempla el delito de omisión de socorro. Y el principio fundamental es que se sanciona a quien:
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No socorra a una persona que se encuentre desamparada y en peligro manifiesto y grave.
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Esta obligación de socorrer existe siempre y cuando se pueda hacer sin riesgo propio ni de terceros.
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La ley también establece que si la persona está impedida de prestar socorro directo, incurrirá en el delito si no demanda con urgencia auxilio ajeno (por ejemplo, llamar a los servicios de emergencia como el 911 o Protección Civil).
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Implicación: Un ciudadano común tiene la obligación legal de ayudar o, como mínimo, de solicitar ayuda especializada, si se encuentra con alguien en una situación de emergencia grave y puede hacerlo sin ponerse en peligro. La inacción deliberada en estas circunstancias es punible.
2. Ley de la Organización Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres:
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Esta ley refuerza la idea de una responsabilidad ciudadana en situaciones de emergencia:
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Artículo 23: Establece que «Todos los ciudadanos y las ciudadanas están en el deber de incorporarse activamente en el desarrollo de acciones y programas orientados a la autoprotección y a la formación ciudadana ante desastres.»
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Artículo 27: Indica que «Los venezolanos y extranjeros residentes o transeúntes en el territorio nacional están obligados a cumplir con las medidas o entrenamientos para su autoprotección o resguardo ante emergencias y desastres.»
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Implicación: Si bien se enfoca en la preparación y la autoprotección, esta ley subraya un deber cívico más amplio de participación y colaboración en el contexto de emergencias.
3. Legalidad de la Actuación al Prestar Primeros Auxilios:
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La actuación de una persona común prestando primeros auxilios no solo no es ilegal, sino que, como se ha visto, puede ser una obligación derivada del deber de socorro.
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La principal consideración legal al actuar es el principio de «no causar más daño». Si una persona, al intentar ayudar, actúa con negligencia grave o imprudencia temeraria y empeora la situación de la víctima o le causa nuevas lesiones, teóricamente podría enfrentar responsabilidades civiles o incluso penales (por ejemplo, por lesiones culposas).
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Sin embargo, el espíritu de la ley de omisión de socorro es incentivar la ayuda. Generalmente, si una persona actúa de buena fe, con la intención de ayudar y dentro de lo razonable según sus conocimientos (o la falta de ellos, priorizando el llamado a emergencias), es poco probable que enfrente consecuencias legales negativas, especialmente si la alternativa era no hacer nada.
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Consentimiento: Es un aspecto importante.
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Si la víctima está consciente y es capaz de tomar decisiones, se debe obtener su consentimiento antes de prestar ayuda.
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Si la víctima está inconsciente, gravemente herida de forma que no pueda responder, o si se trata de un menor sin un representante presente, generalmente se presume el «consentimiento implícito» para recibir ayuda de emergencia destinada a preservar la vida.
En resumen:
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Obligación de actuar: Sí, la ley venezolana establece un deber de socorrer a personas en peligro grave y manifiesto, si se puede hacer sin riesgo. No hacerlo puede constituir un delito.
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Legalidad de la actuación: Prestar primeros auxilios por una persona común no es ilegal; de hecho, es lo esperado. La clave es actuar con prudencia y dentro de las propias capacidades. La prioridad, si no se tienen conocimientos, es activar los servicios de emergencia.
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Posibles consecuencias de una mala actuación: Si se causa daño adicional por negligencia grave, podrían surgir responsabilidades. No obstante, el sistema legal tiende a ponderar la intención de ayudar frente a la omisión completa del socorro.
Es fundamental que los ciudadanos, y en especial aquellos con roles como los guías de turismo, tengan una formación básica en primeros auxilios. Esto no solo les permite cumplir con un deber moral y potencialmente legal, sino que también les da las herramientas para ayudar de manera más efectiva y segura.